He llegado...

Era ya de tarde y la estaban trasladando en una camioneta blindada, estaba algo aburrida ya del camino, se le había vuelto monótono así que decidió jugar un poco con un guardia mientras tiraba levemente de sus esposas que se encontraban muy ajustadas y la dañaban un poco pero realmente no me importaba. Sonrió levemente y con algo de malicia, abrió sus ojos carmesí y miro al guardia que la cuidaba.

- ¿Ya falta demasiado?...me estoy cansando del viaje...

Dijo "inocentemente " para llamar la atención del guardia el cuela la miro de reojo ya que sabia el tipo de criminal que era...pero para su desgracia no sus métodos.

-No mucho ya llegaremos solo quédate quieta Emily. - Contesto el guardia, ya sabia su nombre había estado en otra cárcel cuidándola también, y la habían trasladado por ciertos pequeños disturbios y problemas que causo entre los guardias que la vigilaban en su celda. No eran disturbios de clase física , sino que mentales, a mas de tres guardias los había conseguido manipular y engañar fácilmente para que se pelearan a muerte solo con unas cuantas palabras que habían logrado distorsionar sus mentes.

-Oh...Bueno entonces seré paciente...

Susurro mientras daba un leve suspiro, en realidad ya no quería jugar con el le era aburrido, y como pronto llegarían simplemente guardo silencio jugando con sus esposas. Había pasado media hora y por fin el vehiculo se detuvo, el guardia la tomo con cuidado y la guió a la salida, mientras las puerta se abría y observaba lo que era su nuevo "hogar" como ella le llamaba. Miro como un guardia de la nueva cárcel la recibía y la guiaba con 6 mas a la entrada de la cárcel, ella solo giro su rostro y se despidió de su antiguo vigilante con una sonrisa, que guardaba malicia y ciertos planes y el sujeto que la recibió sabia su significado pero solo guardo silencio. Estaba en la entrada por fin solo faltaba que alguien la guiara por la cárcel y la instalara en alguna celda, mientras ella solo miraba las esposas brillar mientras las movía levemente para su entretención.

Ya era tarde y todo estaba en silencio, eso era muy raro para una prisión con criminales dentro y mas encima peligrosos.
El silencio era abrumador y no significaba ninguna cosa más que la llegada de un nuevo reclusa. Tenía la curiosidad de ir a ver de quien se trataba, de todas formas aun las rejas de las celdas estaban abierta y uno podría transitar libremente por los pasillos, claro que no con tanta libertad, ya que siempre eran vigilados por las cámaras y los policías que aparecían cuando uno menos lo esperaba. Es como si estos supieran lo que uno planea, lo que estuvieran pensando, no seria raro que entre todos ellos existieran personas capaces de leer las mentes. Ya que no se explica de otra forma como siempre están en los lugares exactos cuando pasa algo y más encima cuando esto es sumamente “secreto”.

Había caminado bastante, por aquel largo pasillo donde estaban todas la celdas a sus costados. Raramente no habían nadie o quizás si, pero con la oscuridad que ejercía en ese momento no se diferenciaba. Ni siquiera la luz ayudaba un poco, era muy tenue a pesar que eran bastantes colocadas en línea recta por el techo. En el día era diferente, la luz iluminaba más y dejaba ver aquellos puntos que en la noche eran despreciables al ojo humano.
Ya había llegado casi a la entrada y se podía ver claramente a un nuevo prisionero con muchos policías a su alrededor. Eso era interesante, raramente había visto a tantos policías custodiar a una sola persona y mas aun si se trataba de una mujer. –Esto se pone interesante…- Musitó para acercarse un poco mas. Apoyándose luego en una pared lisa con los brazos cruzados, haciendo como si no le importara lo que estuviera viendo.

-¡Hey tú! ¡Lleva a esta reclusa a su celda!- Dijo uno de los policías a la chica que estaba apoyada en la pared. Mínimamente se le podía ver el rostro, ya que lo mantuvo agachado mirando el suelo y el flequillo de su lado izquierdo le tapaba la mayoría de la cara.
Sin decir mas la joven aparto la columna de la muralla caminando hacia aquel policía que le hablo, mirándolo en forma desafiante y con una pequeña sonrisa en los labios. -Desde cuando soy la encargada de llegar a los prisioneros a sus celdas… eso es trabajo de ustedes…- Murmuró en forma desafiante y casi sin ánimos de hablar. Hasta que de la nada y sin previo aviso recibió un golpe en la mejilla izquierda, haciendo que su cabeza se volteara bruscamente y cayera de arrodillas al suelo.

-¡Entiende perra… aquí la ley soy y si te digo que la llevas a su celda tu la llevas!- Gritó tan fuerte que los oídos de la chica quedaron un poco retumbando. Sin más que decir solo agacho la cabeza y escupió un poco de sangre al costado. Le había echo una pequeña cortada al labio inferior por aquel golpe.

-¡Es la tercera celda después de la tuya! ¡Así que llévala rápido!- Agregó por último el policía y le saco las esposas a la nueva prisionera. Era obvio que no iba a tener miedo si trataba de escapar, ya que todos sus compañeros tenían habilidades que incluso la podrían llegar a matar.

-Es mejor que ya nos vallamos…- Dijo parándose del suelo y limpiándose un poco con la mano diestra el resto de sangre que quedaba en el labio. Ni siquiera miro a la nueva, solo camino en línea recta maldiciendo por dentro aquel policía que la había golpeado.

Habia llegado, un policia grito claramente unas ordenes a una chica aparentemente recluta del loguar. Por no querer obedecer la habia golpeado y eso a la joven nueva le parecia despresiable, la miro fijamente y sonrio con cierta malicia, sabia que quiza la castigarian, pero ¿Que importaba realmente?. Medito un poco las cosas y decidio no hacer nada, por ahora. Tampoco conocia a la joven humana asi que mejor simplemente la siguio en silencio ya que no era muy comunicativa, solo susurro.

-Solo un poco mas...

Sus susurros eran casi inaudibles, y con aquella frase se referia al tiempo, realmente queria "ivertirse" y ese sujeto seria su primer juguete por su simple antojo. Aun seguia a la chica y la miraba detalladamente analisando las cosas y todo lo sucedido con sus manos libres por fin. Se acerco un poco mas y la miro simplemente no hablaba pero era mejor asi aparentemente, serian "vecinas de celdas" y eso era interesante, sobre todo por el tipo de persona que la joven parecia.

-Te juro que lo mataré…- Dijo sin desviar la vista del frente y apretar fuertemente los puños mientras caminaban. Tenía la mirada llena de rabia y solo por su mente pasaba la imagen del rostro de aquel oficial, si había entrado por matar a miles de ellos no seria tan difícil matar a uno dentro de la prisión a pesar de que si este tuviera poderes o no, si era rápida y silenciosa podría vencerlo y darle fin.
Se detuvo a medio camino y observo detenidamente a la joven que llevada a su lado, era de facciones muy hermosas y tenia un cuerpo muy bien cuidado, incluso podría llegar a decir que se trataba de una modelo, aunque posiblemente no lo era.

-¿Por que estas aquí…?- Le pregunto despejando un poco el mechón de cabellos que tenia en su lado izquierdo del rostro, mostrando aquel parche de color blanco que le protegía el ojo. Ya no le importaba si se lo vieran o no, ya se había acostumbrado lo suficiente y nunca le incomodo.
Miro de enseguida a ambos lados como si estuviera vigilando la presencia de algún oficial, pero no había nadie y eso por el momento era bueno.

Escuchao alquel comentario y sinrio divertida. Luego la miro y escucho su prengunta, la miro directamente al rostro, tenia una herida en la boca y simplemente de manera discreta poso una mano suya en la mejilla lastimada de la joven y utilizo algo de su aura disimuladamente haciendo sanar un poco lento (pero muy rapido a comparacion de lo normal) su herida y sonriendo le respondio.

-Pues...lo comun, asesinato en serie...

Susurro divertida a la joven retirando su mano de su mejilla ya sanada, sonriendole mientras la miraba fijamente a la cara, notaba con facilidad su rabia e impotencia aunque tambien sabia que si estaba aqui tampoco le seria dificil matar a quien la habia lastimado, y mucho menos si era un humano, cosa que para desgrasia del infeliz, era asi y la joven Emily ya se habia percatado. Se acerco a su oido y con una sonrisa maliciosa le susurro lentamente sin que nadie se percatara.

-Es un humano...sin poder alguno, una presa facil.

Esa era su pequeña "ayudita" ya que no solia decirle nada a nadie, aunque esta vez el sujeto se lo habia ganado, obviamente no se quedaria sin hacer nada, despues de todo seria su juguete, y si no lo mataba fisicamente, lo iva a por lo menos trastornar mentalmente por completo, no seria dificil, despues de todo lo habia hecho muchas veces, y los humanos mayoritariamente son de mentes muy fragiles y faciles de destruir por lo que esto seria un poco aburrido pero la mantendria distraida. Aun la miraba, esperaba que hiciera algo, lo mas seguro es que la guiaria hasta su celda en este momento pero solo espero a ver lo que sucedia para saber que accion tomar.

Claro era lógico que estuviera por aquel motivo, si no fuera por eso no hubiera necesitado tantos guardias a su alrededor. Eso también da entender que es alguien peligrosa, aunque su apariencia diga lo contrario, parece bastante frágil, pero son exactamente las cosas pequeñas las que mas daño hacen o como dice aquel famoso dicho “Lo bueno viene en frasco pequeño… y el veneno también” y esto era un claro ejemplo de ello.
No dijo nada más por el momento y tampoco lo iba a decir ya que se sorprendió bastante al ver la mano de aquella joven desconocida sobre la mejilla propia, sintiendo levemente que el ardor en su labio inferior ya no estaba y era como si nada hubiera pasado.
Sutilmente subió una de las manos y se toco, notando que tenía el labio intacto, sin ninguna herida.

-Tú…- Musitó suavemente al ver lo que había pasado, pero sus palabras rápidamente fueron calladas al oír el susurro sobre el oído, palabras tan celestiales que la hicieron sonreír instintivamente. No tenía la mayor idea que era humano, incluso le costaba mucho decir cuales eran “especiales” y quienes no, todos son iguales y ella no tiene esa asombrosa habilidad para darse cuenta de sus disfraces. Pero ya sabia algo y eso le encanto, quizás esta misma madrugada o antes que saliera el sol iba a dar muerte aquel oficial que le levanto la mano, ya que vivo no iba a quedar, no podía quedar vivo después que se atrevió a tocarle el rostro.

- Gracias por decírmelo… eso me ayuda mucho…- Le agradeció con una sonrisa leve y una inclinación de cabeza que dejo que nuevamente el flequillo tapara su ojo izquierdo.

Tranquilamente la miro, en realia sabia que ese sujeto moriria lo mas provablemente esta noche, ya que esa era una "buena hora" ya que normalmente esa era la hora e cambio de turno, era un momento que se podia aprovechar para lo que fuera. Continuo mirandola detenidamente, se veia que por lo menos no causaria problemas su personalidad, por lo menos se veia que no era imprudente ni nada por el estilo.

-Descuida, no hay problema

Dijo la joven Emily un tanto seria pensando en como llevar todo a cabo para poder entretenerce esta noche con su juguete de bienvenida.Sonrio un tanto maliciosa, incluso podria decirse que la veneficiaria con lo que haria, pero eso ya era secreto suyo, se encargaria de dar los primeros pasos, para que la joven que habia conocido recien, tubiera las cosas mas faciles y a su favor.

-Bueno, y bien...¿cual seria mi "habitacion"?

Pregunta mirandola un momento, estaba esperando un poco, queria conocer su celda para poder descansar un rato, el viaje habia sido aburrido pero agotador, ademas tenia que esperar a la hora y si lo hacia despierta, gastaria energia y el tiempo pasaria demasiado lento por falta de distracciones en aquel edicifio.

Se dio la media vuelta mirando a una celda vacía que tenía a su espalda, no, había alguien tapado por unas mantas café o negras, no se distinguían muy bien el color por la poca iluminación que había en el interior, pero de que había alguien había. No quiso interrumpirlo mas con las pocas palabras que pronunciaba ella y su compañera, así que decidió mirar a la chica y hacerle un leve movimiento con la cabeza, signo de que comenzaran a caminar.

-¿Tú habitación…? espero que no te moleste pero tiene muchas comodidades… es tan amplia- Dijo en tono irónico y con una sonrisa a medio labio mientras caminaba lentamente hacia el lugar previsto. Todas las celdas eran iguales, una cama o en algunas mas de dos, un espejo con un lavadero y un pequeño mueble. No había nada más, al parecer creían que con eso tenían todo.
Nunca llevo a conocer a la directora para decirles aquellos puntos que necesitaban para que el lugar fuera mas cómodo, pero seria inútil hablar de eso, eran criminales y según lo que sabia no tenían ni derecho ni voto.

-Me llamo Lya… un gusto…- Mencionó sobándose un poco sus codos con las palmas, ya que tenía los brazos cruzados, a la altura del abdomen. No corría ni una pizca de corriente helada por los alrededores. Solo el hecho de estar rodeado por tanto barrotes de fierro hacían el clima mas helado o mejor dicho la temperatura del ambiente mas frío, pero ella no lo sentía, solo era un reflejo de ansiedad por querer matar pronto a la escoria que le levanto la mano.

Continua caminando tras la joven la cual habia dicho algunas verdades. Estaban en una prision y esas celdas eran unas pocilgas, muy iferentes a la mansion y lujos que ella tenia cuando estaba en libertad, pero no le importaba mucho, daba igual siempre y cuando estubiera tranquila y no la provocaran, ademas de obviamente tener sus entretenciones para que no terminara por causar problemas alli para divertise, aunque en realidad o no, teniendo juguetes algo haria despues de todo, sino nada de eso tendria gracia alguna para ella.

-Emily , es un placer conocerla joven Lya...y un gusto, ayudarle de algun modo.

Susurro contestando ante la presentacion de la joven Lya. Sonrio, ya que eso de ayudarla iva directamente a la muerte del guardia que la habia golpeado, ya que por simple gusto, se convertiria en el juguete nuevo d la joven Emily, la cual estaba un tanto anciosa por ello pero sin demostrarlo, ya que era mejor hacer las cosas sutilmente y de manera lenta, ese era su mayor placer, ver morir a personas lentamente.

-Créelo que si… en este lugar lo que mas uno necesita es tener amistadas confiables… ya que cualquiera te puede apuñalar por la espalda… y ni siquiera me descarto de esa opción… aquí uno sobrevive como puede, sin importar el costo de esto…- Mencionó deteniendo el paso por completo y sujetando uno de los barrotes con la mano diestra, por suerte no había nadie en su interior, pero no era una celda desocupada, pertenecía a alguien, pero no sabia de quien se trataba. Ya habían tanto en el interior que recordarse de todos era imposible, mas aun si ella era nueva también.
Solo habían trascurrido tres días de su llegada y aun no se acostumbrada lo suficiente, ya se había echo la idea de vivir como convicta, pero no tenía sentido ya, había vengado la muerte de su madre y no requería seguir matando a mas personas por su nombre, aunque el gusto aun perduraba.
El aroma, el sabor, la textura era inolvidables, un verdadero éxtasis para quienes conocían aquella sensación y si se pensaba mas detenidamente peor no puede estar, matar a uno mas significaría seguir encerrada, nada cambia y todo sigue su rumbo, menos si no saben quien mato a tal persona. Sería divertido.

-Ya falta poco para tu celda…- Agregó por ultimó soltando aquel barrote y continuando con el paso.

-Vamos, solo hay que saber algunas cosas para saber como actuar y reaccionar, ademas es solo cosa de estudiar el comportamiento de todos.

Le dijo amablemente mientras aun la seguia, le parecia algo simpatica, y eso era bueno despues de todo nunca estaba mal tener a alguien con quien hablar y hacer ciertas travesuras para divertirse en aquella pocilga de prision. La miro un instantes y luego un poco curiosa pregunto.

-Y...¿Como es el sistema de los guardias aqui?, ¿Como que horarios de cambios de turno tienen?

Queria saber eso para comenzar a planear todo, esto para ella seria divertido, ademas que siempre debia de haber una buena bienvenida para una dama por parte de un caballero, pero como no fue asi decidio simplemente "enseñarle" modales al caballero que se habia atrevido a alzar su mano en contra de una señorita, cosa que tampoco soportaba por ser de muy mala educacion segun su criterio.

-Si tienes razón… pero eso ellos también lo saben y yo también lo sé… al mismo tiempo que nosotros investigamos sus comportamientos ellos hacen lo mismo… después de todo por algo están encerrados… deben ser buenos… supongo.- Comentó con una leve sonrisa y pensando en sus propias palabras, ya que siendo tanto vigilados por los policías también son observados por los internos. Tanto ambos son peligros, pero no inmortales, vería la forma de algún día escapar de aquella cárcel, pero a pesar de lo poco y nada que había visto era un lugar bastante bien conformado. Ni siquiera insectos habían en el interior y si habían no podrían escapar jamás, ni una minúscula salida se dejaba apreciar.

-De vez en cuando vienen dos guardias a vernos en las celdas… después de eso no aparecen mas… y reaparecen dos nuevos individuos por el mismo lugar que los otros salieron… debe ser ese su cambio de turno… 4:00 am.- Murmuró con un tono muy despacio casi inaudible, solo posible de ser escuchado por la persona que tenía a su lado. Después de eso fijo la mirada hacia la cámara que estaba aun lado del techo, al costado izquierdo para ser mas preciso. Vigilaba todo y seguía todos los movimientos que se efectuaran en esa habitación. -Pero el problema….- Agregó dándose la media vuelta y quedando de espalda a la cámara de vigilancia. -Es que siempre estamos vigilados por las cámaras, no seria problemas destruirlas o entrar en su conexión de red, pero no creo que sean tan descuidados… seguramente nos vigilan con algo mas que no se vea simple vista… ¿No crees?-

Se rasco la mejilla diestra con la punta del dedo índice mirando un tanto perdida hacia el suelo y luego observar a la muchacha con una sonrisa. -Esto le pone un verdadero reto para poder matar en el interior de esta prisión…-

Lya tenia razon, era muy ificil matar a alguien cuando de trataba de un lugar muy bien vigilado, pero era difeente si aquella muerte era un suicidio a "voluntad" como ella misma le llamaba, esa era una de sus habilidades mas preciadas, el retocer y destruirmente a tal punto de provocar un suicidio sadico y muy cruel por parte de "su juguete". Con una sonrisa le susurro al oido a la joven.

-Un asesinato, es imposible de esconder al culpable...pero en un suicidio no lo hay...

Volvio a su postura anterior con una media sonrrisa algo macabra arreglandose el cabello rojo tan intenso que tenia y que a pesar de la poca iluminacion igualmente brillaba, estaba muy bien cuidado por lo demas.
Durante unos instantes el silencio se hiso presente, pero de la nada una puerta del fondo se abrio,era él, si él, aquel guardia que se habia atrevido a levantar la mano en contra de la joven Lya, aquel descortes. Ella lo miro y sonrio un tanto sadica, luego de unos minutos el guadia estaba cerce y pasando por el lado de la joven Lya, y aproximandoce a la joven Emily, la cual lo miraba tranquilamente. El sujeto la miro y ella sonrio, el sujeto paso por el lado y la joven Emily susurro suavemente unas palabras que solo el guardia pudo oir. El guardia la tomo violentamente de un braso y la azoto contra una reja fuertemente.

-Ay! por dios, no sea tan grosero....que descortes de su parte.

Le dijo al guardia el cuel se acerco a su oido directamente para amenasarla, pero ella de inmediato comenso a susurrarle lentas palabras que solo el guardia oia, el rostro del guardia al principio se lleno de un panico para luego pasar a ser uno vacio (todo esto en alrededor de unos 25 min.) . Solto a la joven y se marcho lentamente, ella sonrio y se levanto algo adolorida, acercandose a Lya y susurrandole al oido.

-Hoy tendremos una linda funcion...

Se detuvo inmóvil escuchando las palabras de la joven que le susurraban en el oído, que una sonrisa se formó en sus labios, una sonrisa un tanto perversa que reflejaba haber entendido a la perfección aquel comentario. Era lógico que si se traba de un asesinato siempre iba haber un culpable, alguien a quien echarle la culpa, pero al ser un suicidio el único responsable de la muerte es uno mismo, así no habrían culpables menos si la evidencia era clara.
Emily, así se llamaba esa joven. Tenía que admitir que era bastante interesante, tenía una manera muy propia de decir las cosas y al actuar, seria divertido verla en acción en algún momento y que estrategias usaba para haber terminado en este lugar, en este lugar en donde solo echan la escoria del mundo.

-Un suicidio…genial…- Musitó cortantemente sin borrar la sonrisa de sus labios. Guardando un eterno silencio, el mismo que Emily dejaba transcurrir por el momento. Todo era tranquilo hasta que el chillido de una puerta se dejo escuchar por todo el pasillo, por un instante no tenía idea de quien se trataba, ya que solo sus pasos eran percibidos, tan secos, tan sonoros, que si fuera cualquier otro ya estaría asustado.
Volteo la mirada hacia el sujeto, observando que era él, el mismo que se atrevió a levantarle la mano, el mismo que quería darle muerte y si fuera poco dársela lentamente sintiendo un dolor tan agobiante que lo llegara a desvanecer.
Pasaron dos segundos después de observarlo, quería hacerle algo, por lo menos darle un golpe y hacerlo sangrar, pero no, no podía ser tan imprudente. Dejo que pasara por su lado rozándole levemente el hombro sin hacer nada más, pero mayor fue su sorpresa cuando la chica que tenía de acompañante le empezó a murmurar algo en el oído al policía o eso le pareció ver y este parece que se enojo bastante porque la azotó contra una de las celdas.

-Uhm…- Se quejo levemente bajando un poco ambas manos por las piernas, estaba apunto de sacar una de sus armas que tenia guardadas para atacar aquel hombre, pero no fue necesario porque este sin mayor complicación dejo a Emily yéndose como si nada. Era raro, tenía una expresión bastante inusual, como hipnotizado, que hizo dirigir su único ojo visible al rostro de la joven pelirroja y escuchando su tan divertido comentario que le susurraba en el oído. Fue en ese segundo que entendió correctamente las palabras de la joven cuando dijo “Un asesinato, es imposible de esconder al culpable...pero en un suicidio no lo hay...”.

-Eres una chica bastante interesante…- Musitó sonriéndole amablemente.

Su cuerpo estaba ya solo apenas sentido del golpe, ya que el daño era minimo y ya habia sanado. Sonrio con algo de malicia, y mirando a la joven Lya. Reacomodo su cabello, que se habia desordenado por culpa de aquel empujon, que le habia proporcionado el guardia, y eso la habia molestado mucho ya que eso le parecia descortes. Pero no importaba para desgracia del guardia ella con quellos susurros previos, noto que su mente era bastante debil, demasiado facil de manipular (para ella ) y tomando esa ventaja logro lo que queria. Sonriendo le dijo a la joven Lya.

-Gracias, tú también me pareces una persona interesante...

Continuo mirandola unos segundos para despues suspirar y mirar todas las celdas en aquel lugar tan obscuro, queri un poco de aire, despues de conocer su celda obviamente. Estiro un poco sus brasos, acomoadando su ropa y sacudiendo el polvo de su ropa.

-Bueno, pienso que si seguimos sin movernos...pensaran que planeamos algo, asi que, ¿Que tal si primero me dices cual es mi celda y despues recorremos este sitio?

Le dijo amablemente, ya que si seguian alli seguramente las camaras ya las tendrian grabadas y las vigilarin mas si pensaban que algo planeaba, y la divercion de la noche podria arruinarse provocando que las castigaran severamente, ya que si era una prision, estaba llena de personas tanto o incluso mas peligrosas que ellas dos, incluyendo guardias que en castigos podrian ser despiadados incluso sadicos.

Dejo salir una pequeña sonrisa al escucharla, arreglándose al mismo tiempo el flequillo que le tapaba el ojo izquierdo, peinándolo con los dedos y dejándolo estático.
La chica tenía razón ya se habían atrasado bastante tiempo en aquel pasillo y la celda aun quedaba lejos, como unos cincuenta metros mas y pensar que en ambos costados habían internos y muy pocas celdas vacías.

-Vamos…- Le mencionó con un movimiento de mano y con un pequeño arreglo de cabello, el cual quito del hombro derecho y dejo que sus finas hebras rosadas se deslizaran por la espalda. Continuo el camino con los brazos cruzados a la altura del estomago, jugando con la cabeza que la ladeaba constantemente a los costados al tatarear una canción de Emily Simon, ice girl. Mismo nombre que tenía su nueva “amiga”, ni siquiera sabia si podría llamarla amiga, quizás tarde o temprano terminen apuñalándose las espalda, pero no creía, algo en el fondo de su alma manchada de sangre le decía que ella no era así, que si era alguien de confianza.

Ya habían trascurrido unos diez minutos caminando en línea recta y la celda de Lya ya estaba próxima, al igual que la celda de la joven Emily.
-Esta es mi celda… Linda ¿no?- Le preguntó sujetando dos barras de la celda y apoyando un poco la frente sobre algunos barrotes que tenía en frente, mirando al interior de su propia “habitación” si se podía decir así, pero no era muy diferente de las demás, era exactamente igual para ser mas exacta. Quizás la diferenciaba por una pequeña flor roja que tenia encima de la cama, una que había sacado del patio y eso era extraño, no era muy común ver flores en el una prisión, generalmente siempre es un ambiente mediocre y deprimente.

-Tu celda es dos mas después de esta…- Agregó mirando a la joven Emily con una sonrisa sin dejar de sujetar los barrotes con ambas manos.

Sonrie al ver como habian llegado a la celda de la joven Lya, la verdad era exactamente igual a las otras que habian en esa prision, solo que tenia algo en particular que era aquella flor sobre la cama, lo cual llama bastante su atencion ya que no era comun que en una prision, y sobre too de esa clase hubieran flores pero decidio guardar silencio y le sonrio amablemente a Lya.

-Muchas gracias Lya, ire a conocerla....

Dijo mientras caminaba un poco mas hasta llegar a "su celda" que se encontraba como alla. Entro a la celda la reviso, haciendo una mueca de desagrado. Realmente era un asco, pero se tendria que acostumbrar y mas a que no volveria a su mansion ni a sus lujos de antes, eso obviamente era una desgracia para ella ya que realmente estaba acostumbrada a eso. Suspiro resignaa y luego de eso recordo haber guardado algo que nadie pudo quitarle y eso era un anillo de oro con un rubi tan intenso como sus ojos. Lo saco de su escondite que era un bolsillo oculto entre sus ropas y se lo puso en el edo anular de la mano izquierda. Realmente no estaba comprometida pero le gustaba tener ese pensamiento aunque fuera mentira, no le importaba sentirse asi la hacia feliz.

Luego de unos 40 min. de conocer todo lo que era su espacio salio nuevamente de la celda y fue con Lya sonriendole, aun con el anillo puesto. La miro sonriendo amablemente y mientras la miraba le dijo tranquila.

-No es una mansion...pero, tendre que aaptarme . Por lo mnos tengo a alguien interesante con quien interactuar y...

Se acerco a su oido susurrandole divertida mientras agutantaba unas leves risitas que se le escapaban por la gracia que le hacia el pensar eso y cuantas cosas podrian pasar.

-Hacer unas cuantas travesuras para nuestra divercion...

Después de aquel agradecimiento le sonrío entrando de igual forma a su propia celda y sentándose en la cama. Era dura, con pocas frazadas y poseía un solo almohadón de color blanco, ni siquiera era un blanco reluciente, era uno más apagado y casi amarillento.
Miró a todos a todos los lados de su aposento en busca de cualquier cosa que llamara su atención, una mancha, un rastro de humedad, alguna parte destrozada, pero nada, nada para distraer a la vista.
Cerró los ojos por unos cortos segundos, deslizando los pies por el suelo, el cual solo era cemento. Rasposo y frío.

-Que vida mas aburrida…- Pensaba rascándose la cabeza con puntas de las uñas, las tenia mas larga de lo normal, pero muy pronto se las iba a cortar, no era mucho de usar las uñas largas ya que le incomodaban para realizar cualquier acción, incluso seria complicado tocar los puntos de presión del cuerpo con las garras y eso no le convenía. Deslizo enseguida las manos por encima de la cama, topándose con la rosa que había recogido del suelo hace tiempo atrás, tomándola y acercándola al rostro.

-Quizás no sea tan aburrida después de todo…- Susurró con una voz suave y una pequeña sonrisa en los labios. Sacando pétalo por pétalo a la rosa y dejando que estos cayeran junto a sus pies. No terminó de deshojar a la flor cuando la tiro sin importarle al suelo, parándose y pisándola con el pie diestro para salir de la celda y encontrarse con la joven Emily, la cual como siempre sonreía.

-Le pondremos la chispa de diversión a este lugar- Mencionó al escuchar los comentario de la joven, en definitiva, quizás el encierro por eternidad no iba hacer tan aburrido después de todo, tenía a alguien al lado que podría significar pasar momento llenos de diversión.
La vida no se acaba hasta que esta deje de existir.

-Si ya es tarde y en cualquier momento nos vienen a meter a nuestras celdas…- Musitó suavemente mirando en forma directa los ojos carmesí de la chica, tan hermosos, que a pocas personas había visto con aquellos orbes, incluso podría decir que resultaban ser raros muy pocos visto, pero aun así no dejaban de ser llamativos. Fue en ese mismo instante que las voces prepotentes de los guardias se escucharon retumbar por todo el pasillo, golpeando los barrotes con los bastones de policías (ni idea como se llaman xD), los mismo que producían un sonido seco y molestoso a la vez.

-Ya están aquí…- Miró hacia el fondo observando la aparición de los guardias y luego quedar sorprendida por el beso en la mejilla de la joven Emily, no era raro, sabia que habían personas que saludaban de beso y despedían de igual forma. No había de que preocuparse, además lo encontró bastante tierno de su parte que sin querer una sonrisa se le dibujo en los labios.

-Descansa…- Musitó sin entender mucho a las palabras finales de su “nueva amiga”, quizás, muy posiblemente a lo que había pasado con el policía anterior.
Esto cada vez se ponía más bueno y sin hacer mas se adentro a su propia celda y se recostó en la cama de espaldas, utilizando los brazos como almohadas.

Ya encerrada en su celda, se recosto en esa cama, de costado usando una de sus manos como almoada. No podia dormir, estaba algo anciosa pero lograba disimularlo perfectamente. Se durmio´durante un momento, mas bien unas horas, hasta que sintio al guadia a quien habia vuelto su juguete. Miro la celda de Lya con una sonrisa complice muy leve casi inperceptible. Eran las 04:00 am. la hora perfecta, el guardia se habia etenido frente a la celda de Lya, su rotro neutro se habia vuelto deformado por una expresion psicopata y completamente enferma.

-Y...comencemos...

Susurro para si misma sonriendo con levedad y muy disimulado. Comenzo a susurra muy levemente practicamente inaudible las mismas palabras que espues del guardia repetia pero bastante fuerte espertando a los reos cercanos dormidos y llamando la atencion.

-La escoria como nosotros, que abusamos del poer, no somos que un monton de ratas, que faltamos el respeto a damas...Mis mas sinceras disculpas, y le ofresco este espectaculo...- Dijo el guardia mientras sacaba e entre sus ropas un cuchillo- Le ofresco mi inferior mano con la que he osao a golpearla...-Dijo mientras que con la cuchilla cortaba su muñeca hasta que esta se partio por completo y la mano se separo del braso, provocando que poco a poco se desangrara pero eso no cambiaba la expresion enferma y psicopata que tenia en el rostro- Mi lengua con la que me atrevi a insultarla...- Sacando la lengua se clavaba la cuchilla en la mitad de esta rasgandola por completo y finalmente acercandose a la celda de Lya la miro, para luego alejarse y ya esangrandose, clavar la cuchilla en su ojo erecho, escarvando asta llegar a perforar el cerebro y morir.

-Um...termino la funcion...

Susurro la joven Emily cerrando los ojos con una leve sonrisa.Ya todo habia acabado, no habia evidencia de nada, solo estaban los guardias mas cercanos que no se habian atrevido a llegar al lado del guardia enloquesido. Solo habian presenciado el suicidio, no habia culpable ni evidencia alguna.

Se quedo dormida en aquella posición durante algunas horas, tenía el sueño muy ligero así que cualquier cosa aunque insignificante fuera la despertaba. Y así fue. Unos pasos que venían a la lejaníala hicieron despertar, abriendo su único ojo sano y observando al frente. No había nada por el momento, pero cada vez los pasos eran más cercanos.
No sabía que horas eran exactamente, quizás las 4:00 am o tal vez unos minutos mas o minutos menos, pero eso no importaba mucho el hecho era que tenía a un guardia enfrente de su propia celda con una expresión inhumana, casi como si no fuera el mismo. Por la oscuridad que se proyectaba en el lugar no podía distinguir muy bien de que se trababa, pero al oírlo hablar supo de inmediato que no se trataba de cualquier uniformado, era él, sí, el mismo que le había golpeado horas atrás, el mismo que Emily le susurro palabras al oído y lo deje en un transe, en un control casi mental.

Se levantó de inmediato y caminó un poco mas hacia los barrotes de su celda, escuchando con atención aquellas palabras casi mecanizadas que decía. -Uhm… esto debe ser la diversión que me hablo Emily…- Susurró para ella misma con una sonrisa en los labios, casi placentera por lo que iba a presenciar.
Se limitó a solo ver, a observar, a maravillarse con la escena tan sádica que fue obligado a interpretar.
La sangre de la cortada a la muñeca le recorría hasta el suelo, formando un gran charco debajo de los pies, hasta que la mano cayo inerte al piso, manchándose con su propia sangre. La misma que se entraba por la celda de Lya y teñía su piso con carmesí.
Mas sorprendente fue ver cuando se corto la lengua a sangre fría, salpicando gotas de sangre al rostro de la chica, las cuales lentamente recorrieron sus mejillas y llegaran a dar al suelo. Instintivamente subía la mano diestra y saco un poco de sangre de su rostro, llevándola a los labios y lamiéndose los dedos con dicha.

-Excelente…- Murmuró con una sonrisa perturbada, sentándose a la orilla de la cama para observar de reojo las acciones del policía. Se estaba desangrando poco a poco y ya no le quedaba mucho tiempo de poder estar de pie, era increíble que ni siquiera hubiera pestañado al hacer todas esas acciones tan sádicas.
Todo terminó en un simple entierro del cuchillo en el ojo derecho, dándole la muerte de inmediato y dejando que su cuerpo se hundiera en la espesa sangre que derramaba de sus heridas aun frescas.

Miró en dirección a la celda de Emily, ella era la causante de todo, ella lo utilizo como un simple juguete y eso era grandioso.

Todo habia terminado, solo quedaba el cadaver del guardiaque se habia suicidad, mientras que los demas guardias se acercaban espantados al cuerpo, la jovenEmily miro en direccion a la celda de Lya, la miro fijamente con una sonrisa complice y un brillo especial en sus ojos demostrando cierta gracia por lo sucedido con aquel sujeto.

-Espero le gustara la funcion..

Susurro para si misma mientras se reacomodaba, al tiempo en que lo guardias se llevaban el cuerpo y limpiaban la sangre del lugar. Ademas de eso los guardias buscaban alguna pista, o indicio de asesinato, pero era imposible habia sio un suicidio no quedaba mas que solo enterrar el cuerpo y dejar todo como si nada ubiera pasado.

Al ver la sonrisa en los labios de Emily cerró la mirada y dejo relucir una sutil risita, la cual no fue muy sonora y casi desapercibida para los demás reclusas. Algunos estaban anonadados por lo que habían presenciado y otros simplemente no lo tomaron en cuanta y siguieron durmiendo en sus “cómodas” camas.
Lya por su cuenta se recostó de espalda sobre las frazadas de la cama, aún teniendo los pies tocando el suelo. Pensaba en lo ocurrido y las imágenes no salían de su mente, haciendo que instintivamente se tocara el rostro para limpiarse los rastros de sangre que habían quedado impregnados.

No decía nada, más que permanecer en aquella posición. Y quizás adivinando las palabras que había pronunciado Emily cuando le sonrió, no las entendió muy bien pero seguramente tenían relación con que si el espectáculo le había gustado, no cabía duda de que sí.