Un pequelo descansillo (Parte 2) Lestat & Lucresia DamHer

Luego de la alrga caminata llegaron al comedor (porque ellos rodearon el edificio para que no los relacionaran con lo antes ocurrido en el patio), hicieron como que Lestat llevaba a Lucresia como una criminal peligrosa, sin demostrar demaciado cariño, pues estaban frente mucha gente y aquello podria traerles problemas.

Se sento a un lado de ella y la miro. - ¿Que quieres que te tragia? - Le dijo con una voz tan suave que solo ella podria haberlo oido, como aquellas palabras le daban una dulce carisia.

-cualquier cosa que no me mate...
dijo en tono burlon, pero muy bajo mirando asia otro lado, solo una es habia ido al comedor, no le paresia demaciado bueno, despues de todo, era una carsel que mas esperaba, rio para si mientras obseraba como Lestat hiba por algo de comer.

Fue a la cocina, que siempre estaba habierta para los guardias. El nunca habia aparecido alli, era un lugar enorme y bastante lujoso; hablo con el cocinero y tardo un poco mas por presentarse y pedir la comida.

Volvio a Lucresia y le entrego comida digna de una princesa. Milanesa con papas al horno envueltas en salsa blanca, fideos cubiertos hasta la punta por una deliciosa salsa rosa y el mismo olor de aquella comida invadia completamente el enorme comedor. Para tomar un delicioso vino rojo... Vaya que los guardias si comian a comparacion de los reos y sus pobres intentos de sopa... Quizas polenta, nunca se veia una diferencia en ese alimento.

- Probecho madame. - Le dijo dulcemente mientras posaba los fideos enfrente de ella y el sentandose con las papas y la milanesa. En unas copas servia el delicioso vino mientras seguramente el asombo de Lucresia habria sido superado por el aroma y el hambre.

Observando la comida detenidamente, vastante asombrada, como si se tratase de algo nuevo para esta. Sonrio, y le observo unos segundos, preguntandose como se omia, ya que no todo era igual, suspiro, sintiendose resignada e inutil
-Gracias por la comida

Noto como se dibujo la duda en el rostro de Lucresia, algo que le causo bastante gracia a Lestat, pero ocultadolo se levanto y dio la vuelta a la mesa, colcoandose dentras de la joven.

Sus manos tomaron los cubiertos y los dejaron en la mano de la niña, alli tomo sus muñecas y apoyo su pecho en la espalda de aquella mujer. - Asi - Le dijo al lado de su oido en un susurro escalofriante mientras tomaba los fideos con el tenedor.

sintiendo como un escalofrio recorria su espalda, suspiro mientras comenzaba a comer, observando el plato. Suspiro unos momentos, comio y ofrecio a Lestat, tranquila.
-Gracias

- Por favor - Le dijo en respuesta a su "gracias", dandole a entender que no habia problema alguna. - Crei que serias alguien de un apetito mas boraz. - Le dijo viendola como aparentemente, crei el, que se llenaba.
Se volvio a su lado de la meza y la obsevo, pues un cadaber ya no podia comer. - Si quieres podemos dejar todo esto aqui. - Le musito suavemente viendo a los alrededores, no habia casi gente en el sitio.